martes, 20 de agosto de 2013

Voluntariado Europeo Forlì, Italia

A mediados de octubre de 2011 empezó mi búsqueda y descubrimiento de lo que es un voluntariado europeo lo que a la postre se convertiría en una gran experiencia y modo de vida.

Aprobado el proyecto y realizado todo el papeleo, el 6 de Febrero de 2012 embarque hacia la gran aventura, destino Forlì el corazón de la Romagna. Me esperaban 6 meses por delante de proyecto dentro de una cooperativa social y toda una nueva vida que crear de nuevo.




A la llegada nos espero una gran nevada que tenia paralizada toda la ciudad, precioso el primer día, pero era un desastre de ciudad en aquel momento, todo sea dicho. Ya tenia el piso buscado por mi destino del voluntariado, asi que fue mi cómodo llegar y acomodarme lo que seria mi nueva casa, compartida con otros 3 estudiantes italianos, un poco peculiares y cada uno de una madre, ya que no se parecían en nada.

Fui descubriendo mis labores en el voluntariado en el que principalmente estaba en una oficina de encuentro entre; personas buscando trabajo en la asistencia y cuidados a mayores, y familias que necesitaban este recurso. Muy interesante, ya que además trabajábamos en la formación de estas personas a través de cursos especializados.

No tarde en encontrar y conocer a gente, ya que a los dos días una voluntaria me invito a su casa para conocer a un grupo de españoles que había en Forlì, lo que a la postre sería un maravilloso grupo de amigos con los que compartí esta experiencia y siguen teniendo un hueco en mi vida.

Descubrí poco a poco Forlì, una ciudad de unos 110.000 habitantes, tranquila o muy tranquila en la que hay poca actividad por sus calles, pero que la tienes que ir conociendo poco a poco para descubrir y disfrutar de sus grandes rincones; como el  parque urbano, plaza saffi y missura, la actividad del mercado por las mañanas, el continuo ir y venir de bicicletas en Corso Repubblica, el mercoledí del cuore, sus buenas heladerias y sitios para salir un poco como el Abbey, Diagonal, Valverde, Oltremodo y sus aperitivos a 2 euros los jueves, no dejábamos pasar ni uno jeje

Nos teníamos que mover si queríamos más ambiente, así que Bolonia era nuestra ciudad para salir de fiesta y conciertos, que pasada; y Rimini y toda su costa para el buen tiempo. La verdad es que está muy bien localizada ya que tienes la playita a un paso y la montaña también así que como diría un verdadero romagnolo, "para que vas de viaje si aquí lo tenemos todo", son un poco duros de mollera, pero muy buena gente.

Gracias al voluntariado realice dos formaciones, en Rimini y otra en Napoles, en las que nos reunimos con otros voluntarios que hay por Italia en un hotel una semana, mas o menos, y realizamos diferentes actividades y compartimos experiencias. Toda una riqueza cultural y personal que disfrute muchísimo, con sus también noches de cervezas en la playa compartiendo vivencias.

No desaproveche ningún día de esta aventura; aventura en la que conocí y me acompaño una persona maravillosa, que ha hecho que Forlí tenga un sentido especial. Y en la que el voluntariado solo ha sido el principio de muchas vivencias juntos, en las que todavía no nos hemos podido separar de Forlì.






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